En Yucatán, pocas tradiciones resultan tan significativas como el Janal Pixán, la celebración maya del Día de Muertos. Dentro de esta festividad, el protagonista indiscutible es el pib, también conocido como mucbilpollo, un platillo que va más allá de la gastronomía: es memoria, cultura y un puente con los ancestros.
Aunque algunos restaurantes lo incluyen en su menú durante todo el año, la verdadera temporada del pib comienza a finales de octubre y se extiende a lo largo de noviembre. En este periodo, las familias yucatecas se reúnen para elaborarlo y colocarlo en los altares como ofrenda para las almas que, según la tradición, regresan a casa.
Preparar y compartir un pib no solo llena de aromas los hogares y mercados, también mantiene vivo un legado que combina herencia maya y sentimiento familiar. Es por ello que cada año, la temporada del pib se espera con gran entusiasmo, tanto por los locales como por los visitantes que llegan a Yucatán para vivir esta experiencia única.
¿Qué es el pib y por qué es tan importante en Yucatán?
El pib es un tamal gigante elaborado con masa de maíz, pollo o cerdo, sazonado con achiote y envuelto en hojas de plátano. Su nombre proviene del maya, haciendo referencia al método tradicional de cocción: enterrado bajo la tierra y cocido entre piedras calientes. Aunque hoy en día también se hornea en estufa, el pib preparado en horno de tierra sigue siendo el más apreciado.
Más allá de su sabor, este platillo representa unión y herencia cultural. Para los yucatecos, prepararlo significa recordar a los difuntos, contar historias familiares y reforzar los vínculos comunitarios. Cada mordida es, en esencia, un homenaje a las generaciones pasadas y a la tradición viva del pueblo maya.
¿Cuándo se prepara tradicionalmente el pib?
El pib se prepara especialmente en los días cercanos al Janal Pixán, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. Durante estas fechas, los hogares se llenan del característico aroma del achiote y las hojas de plátano, mientras las familias se reúnen para cocinar y colocar este manjar en los altares de ofrenda.
Sin embargo, desde finales de octubre ya es común encontrarlo en mercados, panaderías y restaurantes de Mérida y otros municipios, marcando el inicio de la temporada oficial. Comerlo en estas fechas es casi un ritual que anuncia la llegada del Janal Pixán, uno de los momentos más importantes del calendario cultural yucateco.
¿Por qué la temporada del pib sigue vigente en Yucatán?
La vigencia del pib no solo se debe a su inigualable sabor, sino a su profundo valor simbólico. Representa la conexión entre la vida y la muerte, recordando que los difuntos siguen presentes en la memoria y el corazón de sus familias. Este sentido espiritual es el que mantiene la tradición viva, generación tras generación.
En la actualidad, degustar un pib también es una forma de identidad cultural. Ya sea en casa, en un mercado tradicional o en un restaurante gourmet, este platillo se ha convertido en un emblema de orgullo para Yucatán y un atractivo para quienes desean experimentar de cerca las costumbres mayas.