ASTRONOMÍA

Cometa 3iAtlas: ¿qué es y cuál es su nivel de riesgo según la NASA?

Astrónomos afirman que el cometa 3iAtlas es el objeto espacial más antiguo que ha cruzado por el sistema solar; señalan que es un cometa interestelar y aclaran si la Tierra corre algún riesgo durante el viaje del Atlas

TENDENCIAS

·
Observación del cometa 3iAtlas con el telescopio James WebbCréditos: Nasa

El 1 de julio de 2025, astrónomos en una estación ATLAS en Chile detectaron un visitante espacial: 3i/ATLAS, el tercer cometa interestelar identificado atravesando nuestro sistema solar.

Algunas teorías decían que era una nave alienígena, pero lo cierto es que especialistas del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM, señalan que este cuerpo estelar se une a los dos cometas interestelares que han visitado nuestro sistema solar: Oumuamua, que ingresó en 2017, y Borisov, en 2019.

Lo que distingue a ATLAS de los cometas convencionales o provenientes de la nube de Oort es su trayectoria hiperbólica, una forma orbital que indica que el objeto no está ligado gravitacionalmente al Sol. En otras palabras, no pertenece al conjunto de cuerpos celestes que giran alrededor de nuestra estrella.

Precisamente esta órbita, combinada con su notable velocidad relativa al Sol de aproximadamente 61 kilómetros por segundo, proporciona evidencias sólidas de su origen interestelar, confirman los especialistas del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica, UNAM.

Mientras que la mayoría de los cometas conocidos siguen trayectorias elípticas y retornan periódicamente al sistema solar, ATLAS simplemente lo atraviesa: entró desde el espacio profundo y, tras un fugaz encuentro con el entorno solar, continuará su camino hacia el vacío interestelar. Esta conducta lo sitúa en una categoría especial de objetos que ofrecen una ventana única para estudiar materiales procedentes de otras estrellas.

A partir del análisis de su trayectoria, los astrónomos han estimado que ATLAS podría tener una edad superior a los 7,000 millones de años; es decir, estamos frente a un objeto más antiguo que el propio sistema solar, que se formó hace unos 4,600 millones de años.

Especialistas de la UNAM señalan que se sospecha que su origen podría situarse en el disco grueso de la Vía Láctea, una región galáctica poblada por estrellas viejas y sistemas planetarios que han sufrido perturbaciones durante miles de millones de años. Esta idea, aclaran, es una hipótesis sin evidencia directa.

Aunque la edad es solo una inferencia, el cometa ATLAS ofrece una oportunidad importante para la comunidad astronómica, ya que estudiarlo es como analizar una cápsula del tiempo que viaja por el espacio.

La importancia científica de este descubrimiento no debe subestimarse. ATLAS proviene de un entorno completamente distinto a nuestro sistema solar, lo que permitirá a los científicos comparar su composición química con la de los cometas locales, tanto de período corto (procedentes del cinturón de Kuiper) como de período largo (originados en la nube de Oort).

Actualmente, no se ha distinguido una diferencia importante en la composición de ATLAS y los cometas ‘locales’.

Por otro lado, los objetos interestelares arrojan luz sobre cuestiones fundamentales, ya que, al provenir de sistemas planetarios distintos al nuestro, la información que se obtiene de ellos podría confirmar, refinar o  desafiar las teorías actuales sobre la formación y evolución de los sistemas planetarios.

Un objeto esquivo

Por ahora, ATLAS no es visible a simple vista, ni siquiera con telescopios aficionados convencionales. Sin embargo, se espera que a finales de octubre alcance su punto más cercano al Sol, lo que podría incrementar su brillo. Aun así, seguirá siendo un objeto tenue, visible únicamente con telescopios profesionales. Se prevé que reaparezca en el otro lado del Sol a principios de diciembre.

Si las condiciones lo permiten, se intentará observar nuevamente, ya que su magnitud final aún puede variar.

El plan es observarlo con telescopios como el James Webb, aprovechando su sensibilidad infrarroja para analizar la composición molecular, identificar gases, polvo y compuestos orgánicos, y revelar más detalles sobre su origen.

Naturaleza cometaria confirmada

El descubrimiento de ATLAS ha estado rodeado de especulación. Se ha dicho que podría tratarse de una nave alienígena o un artefacto artificial. Sin embargo, la comunidad científica ha descartado firmemente tales afirmaciones, basándose en el análisis objetivo de los datos disponibles.

Las observaciones indican que ATLAS exhibe un comportamiento típicamente cometario, con signos de sublimación de materiales volátiles al acercarse al Sol.

Descripción general

El cometa 3I/ATLAS es el tercer objeto conocido de fuera de nuestro sistema solar que se descubre pasando por nuestra vecindad celeste. Los astrónomos lo han clasificado como interestelar debido a la forma hiperbólica de su trayectoria orbital. (No sigue una trayectoria orbital cerrada alrededor del Sol). Al rastrear la órbita de 3I/ATLAS en el pasado, el cometa claramente se originó fuera de nuestro sistema solar.

El cometa 3I/ATLAS no representa una amenaza para la Tierra y permanecerá lejos. Lo más cerca que se acercará a nuestro planeta es de aproximadamente 1.8 unidades astronómicas (unos 270 millones de kilómetros o 170 millones de millas). 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano al Sol alrededor del 30 de octubre de 2025, a una distancia de aproximadamente 1.4 ua (210 millones de kilómetros), dentro de la órbita de Marte.

El tamaño y las propiedades físicas del cometa interestelar están siendo investigados por astrónomos de todo el mundo. 3I/ATLAS debería permanecer visible para los telescopios terrestres hasta septiembre de 2025, después de lo cual pasará demasiado cerca del Sol para ser observado. Reaparecerá en el otro lado del Sol a principios de diciembre de 2025, lo que permitirá realizar nuevas observaciones .

(Con información de NASA y UNAM)

Google News