La placita del mercado Lucas de Gálvez se transforma en un punto en el que las personas pueden encontrarse con la cultura.
La idea es que los mercados son cultura y no pueden estar alejados de la gente. Alfonso Lozano Poveda, secretario técnico del Servicio Público de Mercados, del Ayuntamiento de Mérida, está convencido de que en estos centros de abasto se fusionan todas las expresiones de la cultura y son el espacio adecuado para que la gente se encuentre con expresiones artísticas que llenen su espacio y nutran su espíritu.
La galería de mercado Lucas de Gálvez, considera, necesitaba tener brillo, ser notada, y una exposición de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán fue el pretexto para unir la celebración del Día de Finados con las imágenes de la fototeca Pedro Guerra.
Se trata de la exposición Retratos eternos, fotografías post mórtem fechadas entre 1910 y 1915.
Las fotografías post mórtem son una costumbre que se extendió principalmente desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, y que buscaba ofrecer un último recuerdo de los seres queridos fallecidos. Las imágenes se tomaban para que el difunto pareciera "vivo", a menudo vestido con sus mejores ropas y en compañía de la familia, creando así un registro de luto y memoria. Si bien era una costumbre extendida por todo México, no se tenía la certeza de que existieran registros de esto en Yucatán
Los investigadores Cintya Cruz Castro y Ricardo Pat Chan descubrieron retratos de este tipo en el archivo de la UADY y montan esta exhibición que reúne 20 retratos post mórtem, con más de 100 años de antigüedad.
La muestra tiene valor histórico y forma parte de los esfuerzos del Ayuntamiento de Mérida por preservar la memoria gráfica y el patrimonio cultural del sureste; además, es parte del esfuerzo por integrar el arte con la vida cotidiana, la gastronomía y la tradición comercial del mercado Lucas de Gálvez.
Lozano Poveda subrayó que este proyecto fortalece la identidad local y promueve el acceso a la cultura en sitios emblemáticos, convirtiendo la placita del mercado en un punto de convivencia familiar, aprendizaje y aprecio por las costumbres que dan forma a la esencia yucateca.