ORGULLO YUCATECO

Juan Palma, el meteorólogo que lleva 37 años hablando con huracanes

Juan Palma Solís comenzó a interesarse en la meteorología desde que tenía 7 años; hoy, desde Meteorología Yucatán sigue hablando con los huracanes y hace que el pronóstico del clima esté al alcance de todo mundo

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Juan Palma Solís materializó una afición infantil y se ha convertido en el meteorólogo de confianza para Yucatán.Créditos: Especial

Desde hace pocos años, en Yucatán nació una forma diferente de reportar el clima. Juan Palma involucró a la población: hace los reportes para que los entienda cualquier persona y lleva a cabo dinámicas en las que todos pueden participar.

Juan Palma Solís nació en Mérida, “soy de Yucatán y mi gusto por la meteorología nació con la llegada del huracán Gilberto (1988); estaba en segundo de primaria, me acuerdo de la fuerza de la naturaleza, cómo destruyó la ciudad de Mérida”.

El 14 de septiembre de 1988, Juan Palma Solís, en ese entonces de siete años, quedó asombrado con la lluvia, los vientos intensos, el zumbido en los oídos y un “ambiente extraño” que ahora, como profesional de la meteorología, identifica como la baja presión que propicia un ciclón.

La huella profunda que le dejó el paso de ese fenómeno se trasladó a su casa. “Mi mamá es maestra, ella me respondía algunas cosas, pero no podía con todo, entonces empecé a leer, a buscar, desde entonces me interesé”.

Uno de sus tíos le regaló el libro Fenómenos Atmosféricos, de la colección Time Live, donde incluso se mostraba cómo hacer una estación meteorológica.

Tuvieron que pasar muchos, años “para que ese interés, ese pasatiempo se materializara, porque para 1998, en la secundaria, ya empecé a interesarme más”, incluso “tuve una primera estación meteorológica”, porque con el apoyo de su mamá, construyó un barómetro, un anemómetro y comenzó a hacer mediciones del tiempo, aprendió más sobre la atmósfera, las nubes y le encontró un sentido operativo a lo que leía.

Y mientras se acercaba el tiempo de elegir carrera, se enfrentó al hecho de que “acá no hay carrera de meteorología, fui autodidacta; conseguí libros, me empecé a acercar al Servicio Meteorológico Nacional.

También registraba todos los días lo que veía y comenzó a ir al Observatorio Meteorológico de Mérida, donde el ingeniero José Pérez Chan “me vio interesado y me invitó a ir, a acercarme. Me enseñó, me mostró cómo se hacía”.

Fui totalmente empírico, empecé con mis observaciones y hubo gente generosa que se acercó y me enseñaba; compré más libros, los descargué de internet”.

En 2002, el huracán Isidoro “marcó mi forma de ver la meteorología y entonces empecé a querer se meteorólogo”.

De ser una afición, la meteorología se convirtió para Juan Palma en un trabajo profesional, que le ha dado grandes satisfacciones y se volvió su modus vivendi.

En 2010 dio inicio a su proyecto personal en redes sociales: Meteorología Yucatán, y para 2011 entró al SMN donde lo certificaron y empezó a trabajar como meteorólogo. “Allí todo se volvió más profesional, tomé cursos, me capacité en la Organización Meteorológica Mundial, empezó mi trabajo con la agencia española”.

Juan Palma admite que en México sólo el Servicio Meteorológico Nacional tiene voz oficial para hablar del clima, pero sus comunicados, dice “son para la toma de decisiones, para la ejecución de acciones, no para saber si tienes que meter la ropa o si vas a encontrar tránsito pesado por la lluvia”

Juan Palma afirma que “las redes sociales sí conectan y la economía depende del clima”, porque si “la gente llega tarde por una lluvia o no puede abrir su negocio por una tormenta, pues hay afectaciones”.

Así inició un canal con sus reportes, donde “la gente está muy pendiente”, porque “cuando yo daba los reportes, la gente comenzó a responder y yo empecé a pedir que me apoyaran para confirmar”

Dice que le apasiona “dar y ayudar, democratizar la meteorología”, si objetivo es hacer alcanzable la información “y se ha hecho más grande cuando la gente ve que la información que da el meteorólogo es confirmada por las personas que participan y ponen sus reportes mientras van manejando, suben fotos, suben videos”.

El proyecto de Meteorología Yucatán se fortaleció durante la pandemia, “2020 fue un año de mucho crecimiento, de seguidores y de alcance en mis redes sociales; de proyectos, de videos”, explica.

El crecimiento de su proyecto fue porque “me funcionó hablar con la gente como si me sentara a platicar en la Plaza Grande”, con equilibrio entre “hablarlo y respaldarlo con evidencia científica”

Insiste en que los boletines están hechos para la toma de decisiones ejecutivas, para salvar a la gente en caso de contingencias, pero no “para la vida cotidiana”.

El problema es, dice, que el meteorólogo no tiene voz en el momento de las emergencias. En Veracruz, apunta, “el SMN dio la información desde una semana antes, hubo alertas, pero falló la toma de decisiones, porque yo puedo avisar como meteorólogo, pero quien esté encargado de dispersar la información tiene una responsabilidad y también, si le avisas a la gente y no hacen caso, pues ya no podemos decir nada”.

El problema, dice es que la gente “no entiende, no hay cultura, porque no hay conexión”, se necesita “trabajar en la comunicación. Si le enseñas a la población de una manera amena, se mejora el resultado”.

Para Juan Palma Solís, “hace falta hacer campañas”. Y para eso se requieren profesionales, porque en México hacen falta meteorólogos, porque “hay dos instituciones que dan la carrera de meteorología inicial, desde allí puedes ir al posgrado: la Universidad de Veracruz, en ciencias de la atmósfera; y la UNAM, en ciencias de la tierra”.

Y aunque entiende que “solo haya fuentes oficiales, está bien que se haga de esa manera, pero el gobierno no puede contratar a todos los meteorólogos, y si no los contratan, ¿de qué van a trabajar?”.

Juan Palma, quien hoy dirige el proyecto Meteorología Yucatán y forma parte de la agencia internacional Meteored, apunta que se siente muy satisfecho con los proyectos que ha consolidado, ser bueno en algo que me apasiona, porque a pesar de que ya sé cómo funciona todo, aún me emociona ver la perfección y poder de la naturaleza”.

Además, dice, está dispuesto a dar pláticas en escuelas, para que los niños se acerquen a la meteorología. “En junio, la maestra de mi hija le pidió a mi esposa que diera una plática de meteorología, yo me imaginaba que los niños de segundo de primaria no iban a interesarse y me sorprendí. Los niños escuchan, pero nadie les dice lo importante que es aprender a observar el entorno”.

“Me satisface acertar en mis predicciones, entender y anticipar cómo se van a comportar los fenómenos atmosféricos”, agrega. “También ayudar a salvar vidas por avisarles a tiempo cuando va a llegar un huracán o tan solo con que alguien se entere que no debe lavar porque ese día va a llover o que un pescador no salga porque va a haber vientazo”.

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