Luis Antonio Canché Briceño, escritor en lengua maya y profesor de matemáticas, ganó el Premio de Literatura en Lenguas Indígenas de Guerrero, con la obra Senderos de un pueblo que no se olvida / u’túul beejilo’ob kaaj ma’ich u tu’ubsa’al.
“Estoy contento”, dice en entrevista con El Heraldo de México Yucatán; “es la primera vez que participo con un trabajo de poesía, porque yo escribo cuento; es el primer premio de literatura en maya que gano con poesía”.
Canché Briceño cuenta que la convocatoria estuvo circulando desde mayo y que vio el documento en redes, “yo tenía un trabajo de poesía que venía escribiendo y me decidí por esa categoría; la convocatoria tenía dos categorías, pero yo elegí la poesía”.
Este poemario, afirma, “es resultado del trabajo en el taller del maestro Wildernain Villegas Carrillo, ‘Bordado de palabras’; fue un gran taller coordinado por un gran poeta, un gran maestro”.
Además, este poemario nace porque “me vino la nostalgia; estaba nostálgico; regresaba al pueblo de Chumayel [donde creció], donde murieron mis abuelos; fui al cementerio, a la casa de palma de guano que se estaba derrumbando”. La obra, escrita originalmente en lengua maya y traducida al español, explora la memoria, la vida comunitaria y los recuerdos familiares en torno a la milpa, los abuelos y la casa de guano.
En medio de los “sentimientos encontrados de extrañar a mis abuelos y al mismo tiempo platicar con ellos, recordar mi infancia; sentir otra vez cómo eran las noches en el pueblo, todo eso, la nostalgia, fue material que me sirvió para empezar estos poemas”.
Todo lo que “se movió con los recuerdos, estaba guardado”, y en el trabajo de duelo “me di cuenta de todo lo que había guardado y estaba listo para salir”.
Todavía nostálgico recuerda que uno de los poemas describe el mercadito que se instala en el pueblo, “como si lo viera desde las alturas; con los colores de los toldos, de las frutas”.
Pero escribir los poemas en lengua maya no fue todo el trabajo; de la mano Wildernain Villegas Carrillo “hicimos la traducción. Hicimos ajustes, porque están originalmente escritos en lengua maya y luego los tradujimos al español, porque son dos contextos diferentes, pero deben preservar la emoción”.
La traducción encierra complejidades, porque, además de la traducción, “hay palabras en maya que no tiene traducción al español”, entonces, “el maestro Wildernain me decía: déjalo así, no te compliques, déjalo y que fluya”.
El resultado de esta filigrana de palabras, contenidas en 15 textos que abarcan 40 cuartillas, llevó a las escritoras Rosario Patricio y Juana Peñate, integrantes del jurado calificador a conceder el Primer Premio de Literatura en Lenguas Indígenas de Guerrero a Luis Antonio Canché Briceño.
La noticia del triunfo le fue comunicada el pasado 31 de agosto por la Secretaría de Cultura de Guerrero, lo que marcó un momento significativo en su trayectoria. Los textos que lo integran son inéditos y no podrán darse a conocer, sino después de la entrega del galardón, lo cual ocurrirá en el marco de la “Semana Académica y Cultural General Nicolás Bravo”, en septiembre.
A propósito del autor
En sus redes sociales, el autor compartió la emoción por el reconocimiento: “Siempre he admirado a los que escriben poesía, es un género que me fascina leer, más nunca me había atrevido a escribirlo. Todo comenzó con un taller y con los sentimientos encontrados de mis regresos a Chumayel, con la nostalgia por la partida de mis abuelos y mi diálogo con su silencio en las visitas al cementerio. De ahí surgió Senderos de un pueblo que no se olvida”.
Originario de Mérida (1977) pero criado en Chumayel, Luis Antonio Canché Briceño aprendió la lengua maya en ese municipio. Es licenciado en Enseñanza de las Matemáticas por la Universidad Autónoma de Yucatán y cuenta con una destacada trayectoria: obtuvo el Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA) 2022 con su obra K’i’ixib máako’ob/Los hombres espinados, además de haber sido ganador del Premio estatal de cuento corto 2015 en lengua maya y del primer lugar en el concurso “La cultura festiva del sureste a través de la crónica” en 2011.
El galardón del gobierno de Guerrero lo confirma como una voz de relevancia en la literatura indígena contemporánea. Su trabajo preserva y enriquece las lenguas originarias.
Una muestra del trabajo de Luis Antonio Canché
Ki'imak óolal u xíimbalto'on
-Ta wilaj wáa k wóok'ot Nool? -¡Bix wáa ma'!, tak tu ka'anlil tin wilaj. Tin cha'apachtik le ki' paaxil ýéetel in xóolte' -Tin na'ataj, in wojel ku ki'imaktal a wóol. U búujkintmaj je'ex suukile', jump'éel u sak p'óok', u nook' sakjop'eén yéetel u xanab k'éewel Ma' tu yóotaj u ya'alton táan u bin. Tu ya'alten, le ken ts'o'ookok le k'aay tu ye'esamenta'al ti' le box ki'ichlekelem Yuum tu ka'a bin tu ka'aten Tu láaj payalchi'iton ¡Tene' ma' taak in wajal!
Grata Visita
Minificción ganadora del concurso de la editorial Fondo Blanco,
septiembre de 2020
-Abuelo, ¿nos viste bailar?
-¡Por supuesto!, desde arriba aparté un lugar. Seguía el
ritmo de la jarana con mi bastón.
-Lo presentí, sé muy bien que te causa alegría.
Portaba como siempre un sombrero blanco, guayabera
reluciente y alpargatas de cuero.
No quiso despedirse.
Me dijo que apenas terminara el canto de Las mañanitas
al Cristo Negro partiría de nuevo.
Echó su bendición a todos.
¡Yo no quería despertar!