Tras una mastectomía o una lumpectomía (extirpación de un tumor y un borde de tejido sano circundante, preservando la mayor parte del seno), la mayoría de las personas eligen no someterse a una reconstrucción y prefieren una prótesis mamaria externa.
La prótesis de mama es “importante por motivos estéticos, ya que de esta forma se recupera la figura y apariencia naturales”, pero, sobre todo, “es necesaria para lograr el equilibrio al compensar el peso real del otro pecho”, explica Magali Garrido, fundadora, junto con su mamá, Josefina Gómez Lechuga, de Siempre Viva, una fábrica de brasieres especializados.
Este proyecto, explica Magali, “surge cuando diagnostican a mi mamá con cáncer; juntos, como familia, todo el proceso. Cinco años con medicamento, revisiones, y después de la cirugía, vivimos un ajuste. Entonces nos preguntamos qué sigue”.
Después de la intervención, es cierto que nada vuelve a ser igual, y el primero que lo nota, es el cuerpo: nuestra columna vertebral sostiene el peso de dos senos, con la extirpación, se produce un desequilibrio para nuestra espalda; además, el cuerpo se defiende, pues las mamas son, entre otras cosas, protección para una zona muy sensible del pecho: la zona del corazón.
La persona mastectomizada se encorva con tendencia a inclinarse hacia el pecho extirpado, por eso es importante el uso de la prótesis externa: para compensar el peso, para devolverle al cuerpo la protección.
Cuando Josefina estuvo lista “buscamos las prótesis. Entonces sólo había en Mérida una persona; era un sitio muy exclusivo, del que no se hablaba. Era complicado”.
Así fue como comenzaron. “Decidimos que esto debía ser accesible y nos pusimos a trabajar, así nace Siempre Viva, productos post matectomía, prótesis y brasieres”.
Magali reconoce que no sabía del tema cuando arrancaron con este proyecto, pero “trabajamos el prototipo, buscamos en internet, en otros países, buscamos personas que nos enseñaran qué era más adecuado: soporte ancho, soporte delgado, a qué altura de la espalda; cómo se hacen las copas. Mi mamá estuvo atenta, comenzamos a innovar y seguimos hasta que nació el modelo Anna, nuestro primer brasier especial para prótesis externa”.
Llegar a la prótesis
Antes de poder usar la prótesis externa, la paciente debe pasar por un proceso para permitir que su piel cicatrice adecuadamente, “están inflamadas, tienen una cánula para drenar y no es prudente utilizar un brasier entonces: lo mejor es un apoyo postoperatorio”, que no está disponible en Siempre Viva.
Cuando la piel ha sanado, cuando ha habido ya un proceso de terapia física y emocional, “estamos listas y preparadas para recibirlas”.
Magali y Josefina saben que, para muchas mujeres, el momento de acudir con ellas es también el momento en que “miran por primera vez su cuerpo después de la cirugía”.
Eso transforma la situación en “un momento sensible; es un shock profundo, necesitan tiempo, espacio”.
“Nosotras estamos con toda nuestra atención para ellas”, afirma Magali, “ellas están en el centro y nosotras estamos para ellas, con la misión de observar, escuchar y conectar”.
Para esos momentos, además, “tomamos cursos de primeros auxilios psicológicos”.
Gracias a esa formación, dice Magali, “en Siempre Viva pasan historias únicas; somos testigos de momentos únicos”.
Nosotras “queremos que se vayan bien” y en el momento de vida que atraviesan “nuestra atención es muy importante”.
Cuando llegan a Siempre Viva, las pacientes “tienen tiempo para respirar, para revisar, para observarse, para decidir con calma, porque llevarán algo que usarán todos los días”, y tienen que “sentirse cómodas, a gusto”.
Con estas prótesis externas “queremos que se muevan sin molestia por 10 horas, que se sientan seguras”.
Las prótesis
Los brasieres especializados para pacientes con mastectomía son parecidos a cualquier otro sostén, con la peculiaridad de que en una de las copas incluyen una especie de bolsillo interior donde “va la prótesis”.
Esa prótesis “debe ser de la misma forma y el mismo peso que el otro seno”, de tal forma que se restablezca el equilibrio del cuerpo.
Magali explica que ese es precisamente parte de su trabajo: acompañarlas a seleccionar la prótesis y ayudarlas a acomodar el brasier.
Cuando se ponen el brasier, cuando se visten y se miran por primera vez al espejo, les cambia la mirada”, apunta. “¡Se les iluminan los ojos cuando se ven erguidas, derechitas!”.
Magali afirma que los brasieres, los trajes de baño y aun los turbantes, las pashminas y la lencería están fabricados “como si fueran para mi mamá; son para mis amigas. Estas prendas tienen que ser de buena calidad y las prótesis deben darle seguridad a quien las use”.
Las prótesis mamarias externas están disponibles en distintos tipos, tamaños y colores. La mayoría son fabricadas con materiales que imitan el peso y la sensación táctil del tejido mamario.
El uso cotidiano de una prótesis de mama externa adecuada es importante y necesario, porque ayuda a evitar dolores musculares en cuello y espalda causados por el desequilibrio; además de que los hombros se mantienen erguidos y se mejora notablemente la postura.
Consideraciones
Antes de acudir a probarse las prótesis, es preciso esperar entre seis y ocho semanas después de la cirugía, cuando la zona haya cicatrizado.
Si el tratamiento incluye radioterapia después de la intervención quirúrgica, los expertos recomiendan esperar hasta que la piel se cure de ese procedimiento.
En cualquier caso, recuerda que no estás sola: hay asociaciones especializadas y personas dispuestas a apoyarte durante tu proceso de recuperación y reconstrucción.